Pasión por la traducción
Cuando una traducción te desborda (emocionalmente)
Hace más de seis años que trabajo como traductor y es la primera vez que me pongo a llorar -a moco tendido, no me importa decirlo- haciendo una traducción... Es sobre el continente blanco, la Antártida.
Y más que impotencia, lo que me da es rabia, y sé que no me debería importar nada, porque no creo que vaya a tener hijos a los que legar ningún planeta, y porque realmente me da igual que esto sea un desierto de chalets y urbanizaciones dentro de 20 o 30 años. Lo más seguro es que ya no esté aquí.
Porque si los que tienen la sartén por el mango dicen que no, es que no. Y nosotros, aparte de separar la basura, reciclar los pequeños electrodomésticos, ahorrar agua y energía, si no existe una voluntad política, no hay mucho más que hacer... El petróleo es el único idioma comprensible.
¡Pero basta ya de patrañas y lloriqueos! ¡Estamos en plena temporada de rebajas y mi tarjeta me pide guerra!¡A egoísta no me gana ni monkey-bush ni nadie!
Etiquetas: Antártida
Cuando una traducción te desborda (emocionalmente)
Hace más de seis años que trabajo como traductor y es la primera vez que me pongo a llorar -a moco tendido, no me importa decirlo- haciendo una traducción... Es sobre el continente blanco, la Antártida.
Y más que impotencia, lo que me da es rabia, y sé que no me debería importar nada, porque no creo que vaya a tener hijos a los que legar ningún planeta, y porque realmente me da igual que esto sea un desierto de chalets y urbanizaciones dentro de 20 o 30 años. Lo más seguro es que ya no esté aquí.
Porque si los que tienen la sartén por el mango dicen que no, es que no. Y nosotros, aparte de separar la basura, reciclar los pequeños electrodomésticos, ahorrar agua y energía, si no existe una voluntad política, no hay mucho más que hacer... El petróleo es el único idioma comprensible.
¡Pero basta ya de patrañas y lloriqueos! ¡Estamos en plena temporada de rebajas y mi tarjeta me pide guerra!¡A egoísta no me gana ni monkey-bush ni nadie!
Etiquetas: Antártida
Un traductor bueno es un traductor vivo
Que no ...
te consuma ...
el trabajo.
Un traductor bueno es un traductor vivo
Que no ...
te consuma ...
el trabajo.
Las palabras definen lo que vales
Ojeando algunas revistas como Diseñart, uno se da cuenta de que no todas las palabras son iguales, en el sentido de que tampoco todas las personas son iguales, por mucho que luego haya cuerpos legales, léxicos y gramáticas que intenten garantizar una mínima convivencia.
Tomemos, por ejemplo, la palabra "luminaria". Si eres un diseñador o tienes una tienda, coges cualquier lámpara, la llamas "luminaria" y de repente puedes pedir por ella 3.000 euros más de lo que valía si se queda simplemente en "lámpara".
Otro caso evidente es el de "estilista" en lugar de "peluquero". Por una razón
evidentemente léxica, el estilista cobra mucho más que el peluquero, haciendo los dos el mismo trabajo...
Quizá deberíamos deshacernos del nombre de "traductor", que poca más gracia tiene que "chupatintas", y elegir algo más refulgente y titilante que entrara dentro de la categoría A del diccionario. La categoría de los que más cobran. Algo así como "estilista lingüístico" o "transmisor de contenidos".
Foto de ligs.Etiquetas: nombres, traductor
Las palabras definen lo que vales
Ojeando algunas revistas como Diseñart, uno se da cuenta de que no todas las palabras son iguales, en el sentido de que tampoco todas las personas son iguales, por mucho que luego haya cuerpos legales, léxicos y gramáticas que intenten garantizar una mínima convivencia.
Tomemos, por ejemplo, la palabra "luminaria". Si eres un diseñador o tienes una tienda, coges cualquier lámpara, la llamas "luminaria" y de repente puedes pedir por ella 3.000 euros más de lo que valía si se queda simplemente en "lámpara".
Otro caso evidente es el de "estilista" en lugar de "peluquero". Por una razón
evidentemente léxica, el estilista cobra mucho más que el peluquero, haciendo los dos el mismo trabajo...
Quizá deberíamos deshacernos del nombre de "traductor", que poca más gracia tiene que "chupatintas", y elegir algo más refulgente y titilante que entrara dentro de la categoría A del diccionario. La categoría de los que más cobran. Algo así como "estilista lingüístico" o "transmisor de contenidos".
Foto de ligs.Etiquetas: nombres, traductor
Cuando el Comecocos se comía a Pacman
Que yo recuerde, en España siempre hubo una fascinación por todo lo que sonara a inglés. Hasta cierto punto era lógico, y es que Estados Unidos era un referente en casi todos los movimientos sociales, culturales, económicos y tecnológicos: la informática, la conquista del espacio, la ecología, la liberación sexual, el pacifismo, los derechos humanos... todo parecía venir de allí.
Eran los años 70 y principios de los 80, Estados Unidos era un referente en todo el mundo, y California la tierra soñada donde siempre brillaba el sol.
A pesar de todo, al llegar aquí, los productos de EE.UU. adquirían un toque local inconfundible, que los hacía muy próximos. Así, de pequeño jugaba con el Comecocos, y leía los tebeos de la Patrulla X o de Carlitos.
Ahora, Estados Unidos está lejos de liderar ningún avance social y la Diplomacia americana hace lo que puede para no empeorar aún más la imagen del país en el extranjero (la peor desde que existen las estadísticas). Y sin embargo, si el videojuego Pac-man se hubiera lanzado ahora, no se haría el menor esfuerzo para localizar el título. Incluso cuando salen nuevas versiones de productos antiguos –como le ocurrió a la Patrulla X–, se cambia rápidamente el nombre. Y es que X-Men suena mucho más guay, dónde vamos a parar...
Embobados que estamos ante la belleza de lo incomprensible.
Pero creo que estoy subestimando el alelamiento general de los jóvenes, a los que supongo, sin ningún fundamento, una cierta curiosidad estética por las sonoridades extrañas.
Etiquetas: comecocos, Pacman
Cuando el Comecocos se comía a Pacman
Que yo recuerde, en España siempre hubo una fascinación por todo lo que sonara a inglés. Hasta cierto punto era lógico, y es que Estados Unidos era un referente en casi todos los movimientos sociales, culturales, económicos y tecnológicos: la informática, la conquista del espacio, la ecología, la liberación sexual, el pacifismo, los derechos humanos... todo parecía venir de allí.
Eran los años 70 y principios de los 80, Estados Unidos era un referente en todo el mundo, y California la tierra soñada donde siempre brillaba el sol.
A pesar de todo, al llegar aquí, los productos de EE.UU. adquirían un toque local inconfundible, que los hacía muy próximos. Así, de pequeño jugaba con el Comecocos, y leía los tebeos de la Patrulla X o de Carlitos.
Ahora, Estados Unidos está lejos de liderar ningún avance social y la Diplomacia americana hace lo que puede para no empeorar aún más la imagen del país en el extranjero (la peor desde que existen las estadísticas). Y sin embargo, si el videojuego Pac-man se hubiera lanzado ahora, no se haría el menor esfuerzo para localizar el título. Incluso cuando salen nuevas versiones de productos antiguos –como le ocurrió a la Patrulla X–, se cambia rápidamente el nombre. Y es que X-Men suena mucho más guay, dónde vamos a parar...
Embobados que estamos ante la belleza de lo incomprensible.
Pero creo que estoy subestimando el alelamiento general de los jóvenes, a los que supongo, sin ningún fundamento, una cierta curiosidad estética por las sonoridades extrañas.
Etiquetas: comecocos, Pacman