Es como si durante las semanas o meses de trabajo agotador tu mente hubiera conseguido desdoblarse y, a la sombra de la cafeína y las noches en vela, estuviera fraguando calculadas venganzas que, como un resorte burlón, saldrán a la luz el primer día sin trabajo.
Estas venganzas de tu cerebro primitivo se materializan en diversas actividades de lo más estrambótico:
- Hacer “collages”... Que nadie me pregunte por qué, pero la semana pasada empecé a recortar y a pegar como un poseso.
- Comprar cajas de diversos tamaños y guardarlas en el armario por si acaso. En general, pasear por los todo a cien.
- Ver una y otra vez la 6ª temporada de Sexo en Nueva York. Esto es quizá lo más inquietante...
Imagen de nounours80
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