Es lo que tiene el idioma, que las palabras no sólo son vehículos de significado, sino pequeños mantras vacíos que repetimos una y otra vez al llegar determinadas épocas: Navidad, vacaciones escolares, etc.Porque alguien sabría explicarme por qué todavía decimos “hace buen tiempo” o “hace bueno” cuando un sol abrasador te mantiene recluido en casa con las ventanas cerradas a cal y canto... ¿Qué tiene de bueno eso?
Imposible salir a “practicar los deportes de verano” y aprovechar el “buen tiempo”, como anuncian con sonrisa idiota por la tele (¿o estarán transmitiendo desde la Laponia?). Ante situaciones de sequía extrema y brotes incontrolados de nuevos campos de golf, “buen tiempo” sería, por ejemplo, que lloviera y no parara durante varias semanas. Categoría: Opinion.
Foto de nikaboyce