Las flores del mal (a la madrileña)
Al igual que a Bankia, que de repente -¡oh, sorpresa!- ve como le “afloran” unas pérdidas estratosféricas, a mí también me empieza a “aflorar” por todo el cuerpo un estomagante sarpullido de exabruptos e interjecciones purulentas.
¿Pero qué más da? Ya me puedo desgañitar chillando... Pitita y su camarilla tienen la lección bien aprendida: mezclar flores con mierda, que entre la champions y la fórmula 1, estos no se enteran.