Hace más o menos un mes una compañera intérprete de ruso me comentaba, como quien no quiere la cosa, la existencia de programas específicos para la interpretación, y navegando ayer por la red leo en el blog de genbeta una anotación sobre las interpretaciones automáticas con Skype.
Al principio, y teniendo en cuenta mi propensión a los cataclismos futuristas, creí que se trataba de una nueva aplicación que no sólo era capaz de descifrar la voz humana sino que a través de complicados algoritmos y programas lingüísticos y neurológicos, era capaz de traducir simultáneamente de un idioma a otro... Cyberfrancis, el que publicó la anotación, nos dice en un comentario que se trata de una interpretación humana, y Josep Tarrés comenta que le parece un simple servicio de interpretación por teléfono.
De todas formas creo que es una simple cuestión de tiempo y sería absurdo intentar detener el ritmo que imprimen las nuevas tecnologías, como también sería absurdo suponer que un trabajo es ahora para toda la vida (Michael Moore relata en Roger and Me el doloroso punto de inflexión entre dos épocas).
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