Ya no soy un soltero
Estoy súper contento. De verdad, te lo juro.
Y es que me he dado cuenta de que ya no soy uno de esos solteros de antaño tan antiguos y bigotudos ellos que al caer la tarde solían rondar por las alamedas de las ciudades de provincias.
Qué va, ahora soy un "single", es lo que me dicen los medios de comunicación, y es lo que se lleva. O sea. Que quieres que te diga, que tengo otros objetivos en la vida: mi tableta de chocolate, mi cara hidratada y sin brillos y mis técnicas de ligoteo en las terrazas.
¡Voy a la última y voy a por todas!
(...)
Si las palabras que utilizamos demuestran una determinada actitud ante la vida o una forma de "estar" en la vida, ¿qué actitud mostramos al usar palabras-adorno como "single"?
En realidad, nos gusta añadir a nuestra vida cosas que carecen de valor alguno. Nos gusta la novedad y cuando se trata de luces, colorines y últimos tejidos, tenemos la capacidad de análisis de un gato durmiendo la siesta.
¡Qué cansinos, algunos periodistas!