El final del túnel
Por fin, un esfuerzo más y mis ojos podrán ver otra cosa que no sea la pantalla de un ordenador, tras 15 días hasta arriba de teína y apretando los dientes como si quisiera romperlos.
Ya me lo había dicho mi psiquiatra: "lo mejor es que te hagas funcionario...".
Imposible. Nada me hace sentir mejor que dar el último toque a una traducción.