Toth: los dioses al rescate
Últimamente se me ha dado por la espiritualidad. Es como si llegado un momento en la vida tuvieras que plantearte entre seguir atado a esa espiral de rutinas, vacaciones en la playa, festivos en Carrefour, visitas al dentista, noches de telebasura, móviles a la última... o soltar sin miedo este sopor tan familiar e intentar atrapar la otra vida paralela, ésa que está más cerca de lo que crees.
Los que me conocen de mi anterior etapa de ateísmo proselitista, dicen que en realidad me estoy volviendo más satánico... Quizá la verdad se encuentre a medio camino. La última incorporación a mi altar doméstico es Toth, antiguo dios de la escritura y sabiduría. Dios taumatúrgico, que sana con las palabras.
¿Superstición, moda, espiritualidad, ganas de marear la perdiz (o en este caso el babuino, con el que a veces se le representa)? El hecho es que Toth campa ahora en mi fondo de pantalla, junto con el icono de Second Life, los proyectos de traducción en curso y otras virguerías informáticas. Toth puede que sólo sea una creación de la mente humana, lo que alguna vez fuimos y lo que creímos gobernaba nuestras vidas y el universo, o el universo y nuestras vidas. ¿Es lo mismo? Si alguien me puede iluminar a este respecto se lo agradecería.
Harto de la Alta Definición y de mi teléfono móvil, puede que todo esto sea una especie de “mal millénaire”, esa desazón con la que viven los humanos no sometidos a psicofármacos, coincida o no con un cambio de milenio.