Astrud firma su último disco con una incongruencia explosiva que ha sido capaz de sacudir una parte de mis neuronas (las pocas que aún permanecen despiertas a estas alturas de la siesta) para empujarme a volver a escribir en el blog.
“Tú no existes”, es el título del álbum. No es que sea muy habitual dirigirse a alguien directamente en segunda persona del singular para luego decir que no existe. "Para mí no existes" sería una variación más aceptable y por lo tanto con menos fuerza.
“Me dio más pena el último episodio de ‘Friends’ que lo nuestro”, siguen los de Astrud, en plan ahí te quedas, ya ves lo que me importa... (ejem).
Dos cosas se podrían señalar:
- Todos sabemos que “lo nuestro” (o lo suyo) era una pasión desenfrenada, imperecedera, totalmente irreflexiva. El pronombre “lo” es uno de mis artilugios favoritos porque lo puedes cargar con toda la metralla que quieras.
- Llama la atención la evidente lucha desesperada del lenguaje por intentar aliviar los desastres del amor cuando el amor se ha ido. En este sentido, las frases ingeniosas y el humor son una manera de ordenar al cerebro que continúe, que no pasa nada. A veces el cerebro te hace caso y otras veces no. Pero el lenguaje está ahí.
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